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Hay una casa que está arriba, en la ciudad;
pequeña y no tiene jardín.
Me he dedicado a embellecerla con calor,
le empapelado solo un corazón
para cuando entres.
Hay una casa que me alberga tiempo atrás,
que estaba opaca, sin luminosidad;
en sus paredes solo había soledad,
pero esos tonos se abrán ido ya
para cuando entres.
Hay una casa que se ríe junto a mí,
tal vez porque tú irás allí.
Amada mía , cuando cruces el humbral
la puerta al fin se cerrará en complicidad:
es nuestra casa.