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Las profundas marcas
que graban el rostro son
zurcos casi imborrables
que hablan pasado ruin, recuerdos
sin hoy ni fin,
recuerdos dan
cruel remezón.
50 años hace
saliste tú,
de un campo de muerte
que me avergúenza describir.
Cuánto dolor...
Triste es
ese cincuentenario;
vaya infame
aquel aniversario.
¿Quién denunció el horror?
¿Quién levantó el amor?
Las profundas marcas que graban
nuestro rostro de odio
son herramientas del ayer,
Alemania o doquier.
50 años hace
que se supo una verdad.
¿Quién denunció?
¿Quién lo enfrentó?
En este mundo
no debemos olvidar,
para aprender
el proceder firme
que ha borrado las marcas
de unos pocos que mirarán
al futuro con ánsias.