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La costumbre de hurgar
donde no se puede estar,
donde planto el pensamiento.
No pretendo alcanzar
sueños mojados que al final
llenen mi cama de desprecios.
Muerdo la almohada,
aprieto, y dan ganas de más.
Y entre mis llantos,
el mundo se ha caído
y me vuelvo a levantar.
De tu ventana
no queda ningún guiño
que me anime a trepar.
Voy a cruzarme,
mirar hacia delante,
porque hoy he vuelto a despertar
de sus desplantes
que ayer daban calambres,
me ayudan hoy a despertar,
a despertar.
Ya no hay caricias,
ni gestos que puedas judgar.
Yo en mis entrañas
convivo enfurecido.
La vida viene y va.
Tú sin embargo ayer
decías comprender.
Y me quedao' perdido,
voy a desaparecer.
Voy a cruzarme,
mirar hacia delante,
porque hoy he vuelto a despertar
de sus desplantes
que ayer daban calambres,
me ayudan hoy a despertar,
a despertar.