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Donde cayó Camilo
nació una cruz,
pero no de madera
sino de luz.
Lo mataron cuando iba
por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.
Cuentan que tras la bala
se oyó una voz.
Era Dios que gritaba:
¡Revolución!
A revisar la sotana,
mi general,
que en la guerrilla cabe
un sacristán.
Lo clavaron con balas
en una cruz,
lo llamaron bandido
como a Jesús.
Y cuando ellos bajaron
por su fusil,
se encontraron que el pueblo
tiene cien mil.
Cien mil Camilos prontos
a combatir,
Camilo Torres muere
para vivir.