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La pena desvía mis golpes exactos
Acuchillando cada inconveniente
Voy besando tu tacto, soportando aguajeros
Estoy conviviendo entre heridos de muerte
Aun hay días para creer
La pena dispone de armas secretas
Como un asesino que oculta sus dientes
Y me abrazo a tu enojo, a tu juventud sublevada
Y estoy orillas de alguna explosión inminente
Aun hay días para creer
Que las últimas frases serán el inicio
de un cielo atinado incesto de estrellas,
Que muden la pena de todo este infierno,
Que envíen la angustia hacia otros cometas;
Que cada alborada nos sorprenda riendo,
Que nuestro camino tengo brújula impresa;
Que pueda abrazarte incendiando el recelo
Y ver que en las calles han despertado
Todas las estrellas