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Ay, la vida se orienta de tal manera,
que uno mismo diseña su nombre,
horizonte, bendito horizonte,
que casi siempre es a corto plazo.
Y se engañan amores, y se cree uno el más hombre,
y al contarles lo que me pasó,
no puedo más, me rindo, te causé dolor.
Porque yo jugué solo el partido,
y en el ajedrez juegan son dos,
como un catador tomaba el vino, vino insensato.
Y vi una nube tapar una luz,
y aquella nube renovó el dolor,
si miro tus ojos, estás allí.
Igualita, igualita, tan bonita como ayer,
igualita, igualita, tan bonita como ayer.
Ay, aparte si yo te amé, pero también te fallé,
y hoy te ruego enamorado,
quiero ver tus ojos, ay, porque son mis ojos,
quiero remediar mi error.
Quiero que seas feliz por una sola vez,
ay, ay, yo no soy un santo, ni seminarista,
pero si me crees, pero si me crees por ti lo soy.
Ay, la mejor primavera es un buen verano,
ay, se cultiva después un te amo,
y se mojan las sábanas, claro,
y entonces sueña uno a largo plazo.
Ay me gusta cuando callas,
porque callas y me amas,
tengo un plan de vivir junto a Dios,
y por presión no vuelvas, si existe el perdón.
Porque de su amor soy un cautivo,
se arregla, se pinta y no da na
mira y coquetea y me hace un guiño, y así me entrampa,
hembra de mi alma, razón de mi vida,
sólo se juzga una falta una vez,
y si alguien te mira, compórtate.
Igualita, igualita, tan bonita como ayer,
igualita, igualita, tan bonita como ayer.
Ay, Neruda tenía razón, porque a él también le pasó,
mi canción desesperada,
de cantarte canto, de amarte yo te amo,
sí, sí, porque ahora es mejor.
Quiero que seas feliz por una sola vez,
ay, ay, yo no soy un santo, ni seminarista,
pero si me crees, pero si me crees por ti lo soy.