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En un pueblo llamado Camargo
dos mujeres lloran por mi ausencia
una es la que lleva mi nombre,
y la que ami me dio la existencia.
Aun recuerdo esa tarde nublada
que tuve que dejar mi pueblito
mis amores que daron llorando
yo sabía que llevaba un delito.
Aun recuerdo esa tarde en el río
como fiera pelie como nadie
tuve que vender cara mi vida
porque yo nunca he sido cobarde.
Dos amigos que me acompañaban
esa tarde la vida perdieron
porque esa es la ley del oficio
por querer ganar pronto el dinero.
De esa forma no es dinero facil
dos amigos bien muertos calleron
defendiendo la vida como hombres
tambien tres federales murieron.
Casi muerto por las calentadas
en la carcel san mis heridas
el recuerdo de los que me quieren
es lo que aun me tiene con vida.
Ahora aqui en el penal de Laredo
yo le ruego a mi dios por mi madre
que mi esposa me sigua esperando,
y mis hijos recuerden su padre.