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Ahí está,
como las aves que cuando vuelan, siempre regresan al nido.
Ahí está,
como una estrella que alumbra su Colombia querida.
Ella no encontró un futuro mejor,
desesperada ante las puertas de la miseria,
viendo acercarse la tragedia de estar sin techo
y sin cobijo, tembló al mirar la cara de su hijo.
Y aceptó ese trato que no saldría nada barato.
Aunque ser mula del narcotráfico, no era su sueño,
ella sabía que ante la adversidad,
los sueños se convierten en la dura realidad.
Tan pura de tomar, como lo que ella misma ha de tragar.
Y mientras el hombre la convencía, le recordaba,
que mientras más tragaba más dinero hacía
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
a este Dios que hoy le cuida,
si este pecado le perdonaría.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
por su hijo, si es que algún día,
no lo entendería.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
a este Dios que hoy le cuida,
si este pecado le perdonaría.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
y entendía que este era el precio
de las calles de Barranquilla...
No sabe qué le espera, no sabe quién le espera
detrás de la frontera y sólo espera
que mientras la cachean,
no sea su cara quien delate la primera prueba.
Cuando sentada pensaba que lo peor había pasado,
leyendas que le contaron, rondaron por su cabeza.
Y es que ese dolor en su estómago,
wse sudor que no cesa ya.
Y mientras respiraba pa calmar sus nervios,
preguntaba si el veneno que mató su conciencia,
hoy robaría su presencia.
Pero ya es tarde, ya es tarde,
porque esta pasajera no se despierta!
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
a este Dios que hoy le cuida,
si este pecado le perdonaría.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
por su hijo, si es que algún día,
no lo entendería.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
a este Dios que hoy le cuida,
si este pecado le perdonaría.
Mientras tragaba, rezaba.
Mientras rezaba, pedía
y entendía que este era el precio
de las calles de Barranquilla...