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Suela gastada mata sol de madrugada,
las esperanzas de salvar
de la masacre más corrupta y anunciada,
tanto inocente y tanto ladri en libertad.
Un treinta, un doce y una espina en el alma,
más el peso escudriñado en tu espalda.
En un minuto que quedó para la historia
que no ahoga y es un fuego a la memoria.
Pesa mas...
En tu conciencia no sabemos del olvido,
un circo repentino y una crónica fatal.
Esos 200 destinos
y tantos asesinos mirándola de atrás.
Y en mi decencia ya no admito adjetivos,
me describe este insomnio colosal.
Que el genocidio tiene aura celestial,
están todos en el cielo electoral.
Un leve viento no resigna a mis latidos
a soplar fuerte tantas hojas,
que han de quebrarse en el asfixio,
que han de quemarse las escorias.
Los partidarios del repudio
hoy no se olvidan ni perdonan,
y machacando en el insulto perceptible
piden justicia hasta deshoras.
Tantas madres, tantos padres en la lona....
En tu consciencia no sabemos del olvido,
un circo repentino y una crónica fatal.
Esos 200 destinos
y tantos asesinos mirándola de atrás.
Y en mi decencia ya no admito adjetivos,
me describe este insomnio colosal.
Que el genocidio tiene aura celestial
están todos en el cielo electoral.
Sobreviviendo en esta jungla de tristeza,
acudiendo a las cartas del azar
cortando las veces que sea,
esperando un par de señas de verdad.
Y los fantasmas hoy brillando en esta historia
que siempre es de nunca acabar.
Siempre las caras son las mismas,
Callejeros siempre va a sonar