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Retando a la soledad
a quien se atreva a marcar
esté corazón de gárgola.
Retando a esa nube gris
a que se atreva a mojar
está alma encerrada en la piedra.
La luna sonríe en el cielo
y la indiferencia camina por el suelo
no me deja mirar, más allá
de aquella luz que entre las nubes
se perderá, se perderá.
Pues da igual a quién le importa,
si, a quién le importa
las lágrimas de una gárgola.
Sentado en la nieve blanca como un cristal
que mis ilusiones quieren congelar
magistruosa criatura deja comprender
los sentimientos que en detalle
a la anochecer, a la anochecer,
a la anochecer (al amanecer), a la anochecer (al amanecer).
Retando a la soledad
a quien se atreva a marcar
esté corazón de gárgola.
Retando a esa nube gris
a que se atreva a mojar
está alma encerrada en la piedra.
La luna sonríe en el cielo
y la indiferencia camina por el suelo
no me deja mirar más allá
de aquella luz que entre las nubes
se perderá, se perderá.
Pues da igual a quién le importa,
si, a quién le importa
las lágrimas de una gárgola.